Yo siempre tengo pesadillas, las típicas, las que tiene todo el mundo, no se...que llego tarde al examen de la opo, que voy a una entrevista con zapatillas de estar por casa, que mi jefe me despide porque en mi sueño le digo todo lo que me callo en la vida real, que no veo o no oigo bien...pero esta noche he tenido lo que seguramente a partir de ahora sea un tema recurrente hasta el 20 de septiembre del año que viene, una pesadilla del día D.
Concretamente esta era sobre mi vestido, resulta que era sábado 19 por la mañana y me percataba de que no tenía vestido para ir a mi boda, esa fiesta en la que todo el mundo te mira por ser la "novia" y juzga tu buen gusto, tu estilo, tu belleza y otras muchas cualidades o la falta de todas ellas.
Según mi prometido, tengo la costumbre enfermiza de buscar el motivo de todo lo que ocurre, el porque de todas las cosas, -no se porque se sorprende tanto, menos él, lo hace todo el mundo-en este caso creo que esta pesadilla se debe a que ayer a mediodía estuve con mis amigas del cole, las twinsets, y estuvimos hablando precisamente de eso. Ahí estábamos las guays del paraguay, Isa, Jul y yo, las tres mujeres bohemias, alternativas, independientes, diciendo que a nosotros el protocolo de la boda nos daba 100 patadas, que lo de pagar cienes y cienes de euros por un peinado y un maquillaje nos parecía un delito, que siendo jóvenes no necesitábamos nada que nos hiciese parecer poco naturales y que si fuera preciso nos casaríamos con un vestido de los hippies enseñando el tirantillo del sujetador.
Pero esta noche he sufrido. Y mucho. Era mediodía, la boda era a las 18.30, y no tenía traje! Estaba Ana (mi cuñá) mi madre y mi amiga Bea de la Vega, las 3 con sus vestidos de novia sacrificados para la ocasión, totalmente mutilados, cogiendo un retal de allí, un trozo de tul de allá...como si de los ratoncitos de Cenicienta se tratase creábamos un vestido preciosisisimo, que nada más ponérmelo se caía a trozos, el tiempo corría y yo sin arreglar, tenía el pelo asquerosamente sucio, pero no me daba tiempo a lavármelo. Peor que ir sin maquillar es llevar el pelo grasiento, pegado, no había por dónde cogerlo, daba mucha pena, y así es como yo iba a subir al altar.
Me voy para el Pilar, la gente muy nerviosa pues llegaba con horas de retraso. "Da igual" decía alguien "Eres la novia, puedes permitírtelo", pero yo sabía que no era así. El vestido me quedaba por encima de los tobillos, parecía Mary Poppins, y se me veían los zapatos feos y los pies enormes como remos. Yo intentaba estirarme el vestido para que no se me vieran los pies, pero no podía hacerlo más. Las uñas mordidas, el pelo...bueno ya sabeis, el de la cabeza asqueroso, pero el resto...no me había dado tiempo a depilarme, la cara llena de granos, en plan gafotas porque no había encontrado lentillas, era horrible. AhhHHhAaaAAaaahhhhHHHHHaaAAaahHh.
Justo en el momento de entrar a la capilla me he despertado. Lo he pasado fatal. Pero algo he sacado en claro de todo esto.
El sábado que viene tengo mi primera cita con una modista de Madrid.
Para los que quieran alojarse en el hotel donde vamos a celebrar la boda, os dejo el link de la web aquí.
